Si el diseño de interiores o el
interiorismo es una acción o actividad que un grupo específico de personas
realiza, por tanto, están involucrados los siguientes cuatro componentes: las
personas que diseñan, el medio o material a través del cual se diseña, el
objeto o espacio diseñado, y el contexto en el cual se diseña.
Profundicemos un poco en estos
componentes. El diseñador de interiores es un profesional, con estudios
específicos, enfocado a ofrecer un servicio a la sociedad creando entornos
confortables, acogedores y habitables.
Entendemos por medio o material a través
del cual se diseña, primeramente, al espacio físico donde el diseñador plasma
sus ideas. El medio físico podría ser un plano de Autocad, un trazo a mano o
una maqueta. Pero finalmente, los conocimientos específicos del tema, la
imaginación y creatividad son los principales medios de creación del diseñador
de interiores.
El objeto o espacio diseñado se refiere
a la concreción física de la planeación del diseñador de interiores o
interiorista. Esto es, el objeto mismo del diseño: el cuarto ya realizado, la
casa terminada por dentro o la oficina en funcionamiento.
Para terminar, no podemos concebir un
diseño de interiores donde el contexto que rodea al interiorista, así como a
las personas que habitarán el espacio diseñado, no sea fundamental para dirigir
y determinar el espacio a proyectar. No podemos, de ninguna manera, desestimar
todo el bagaje cultural, histórico o sociológico del diseñador, así como las
necesidades de la personas que vivirán el espacio en estudio.
Esta visión del diseño de interiores
donde se considera, primeramente, a las personas que diseñan y para las que se
diseña, en contextos específicos de creación, señala un postura antropocéntrica
del diseño que nos acerca a una idea de funcionalidad, pero en sentido del
bienestar humano: una visión humanista del interiorismo.
¿Porqué es recomendable contratar a un
interiorista?
Cuando sabemos con seguridad lo que no
queremos o no nos gusta, pero no tenemos tan claro lo que sí queremos o nos
gusta, contar con la ayuda de un profesional que nos oriente a armonizar todas
nuestras ideas es lo más inteligente que
podemos hacer.
El proceso para diseñar bien un espacio
es complejo, en el sentido de que implica coordinar muchas variables, entre las
que destacan tres principales:
- El espacio: para hacer la mejor
propuesta de mobiliario, materiales, gama de colores y accesorios es necesario
conocer bien las dimensiones y características del espacio a diseñar.
- El contexto: es indispensable conocer y
estudiar el contexto en donde se ubica dicho espacio, considerar la ubicación
geográfica, el clima, la luz natural, la integración con el exterior, etc.
- Disponibilidad de objetos: es primordial
conocer las opciones que se ofrecen en el mercado de materiales, mobiliario y
piezas para vestir el espacio. La descripción de cada producto y conocer bien sus
características es indispensables para hacer una buena elección.
Al contar con un interiorista se tiene
la ventaja de la experiencia de un especialista que, gracias a la práctica
constante de hacer diseño, sabe lo que funciona y lo que no, además de tener la
capacidad de imaginar y predecir el resultado de una idea nueva o diferente,
guiando a los interesados a llegar a la mejor propuesta para las necesidades
especificas del espacio a diseñar.
En ocasiones sucede que con el
entusiasmo de vestir una casa o un departamento, se adquiere mobiliario o
piezas que son agradables en el lugar donde se les ve y se piensa que funcionarán
pero, al colocarlas en el espacio que se tiene, resulta que no se ven bien, que
no combinan o que no tienen las dimensiones adecuadas; están muy pequeñas o demasiado
grandes o no combinan con los materiales y en algunos casos ni siquiera caben
en el lugar.
Con la ayuda de un interiorista se puede
tener la certeza de adquirir las piezas necesarias para cada espacio; se puede
tener la tranquilidad de que el resultado será exitoso y de que el gasto valdrá
la pena, pues el profesional siempre va a cuidar nuestros intereses guiándonos
a invertir en lo que más nos conviene.
Tenemos que tener en cuenta que adquirir
cosas caras, sin justificación alguna, es absurdo. Hacernos de piezas u objetes
costosos tiene sentido si van a servirnos para crear un espacio armonioso y
agradable. De manera inversa, en muchas ocasiones, un objeto o accesorio de
bajo precio puede ofrecer propuestas muy interesantes para un espacio
específico.
Un buen interiorista siempre busca crear
espacios que sean agradables para las personas que los habitan, que al usar
estos lugares, quienes los utilicen, se sientan bien y estén felices de estar
en ese lugar. Todo el diseño debe de ir encaminado a realizar espacios
funcionales y atractivos para que sean
vividos y usados.
Los interioristas tienen la responsabilidad
de mantenerse al día en todos los temas relacionados a la profesión:
- Conocer bien la gama de colores nuevos,
con todas las tonalidades y matices de estos.
- Mantenerse informados de los materiales
de vanguardia y sus distintas aplicaciones aplicaciones.
- Conocer la tecnología y entender que la
modernidad puede simplificar nuestra vida.
- Tener un gran respeto a la naturaleza y
al mundo en el que vivimos.
- Saber de iluminación, de ahorro
energético, de optimización de recursos y de consumo eficiente.
- Comprender la herencia cultural y el
significado de las pequeñas cosas que van cargadas con sentimientos.
- Entender la necesidad del balance y el
equilibrio en cada espacio.
- Estar al tanto de las tendencias en
diseño, tanto nacionales como internacionales.
- Acertar en la comprensión de la
transformación radical de los modos de vivir y convivir entre unos y otros.
- Mantenerse en una búsqueda constante de
la autenticidad.
- Advertir lo que es importante y tiene
significado para ti.
En conclusión trabajar de la mano de un
interiorista puede hacer que todo el proceso de diseñar un espacio sea una
experiencia placentera, agradable y llena de aprendizaje en la materia y de uno
mismo.Que se disfrute el desarrollo y no se sufra en el transcurso, de esta
manera el resultado puede sorprendernos.
Es un gusto estar aquí.
Mariangel.
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