jueves, 24 de mayo de 2012

La sala: lugar de encuentros


Un diseñador de interiores es un creador de espacios destinados a generar encuentros entre los seres humanos y, a su vez, cada espacio se justifica en la medida que genere encuentros entre las personas conforme al objetivo del espacio en cuestión.

El objetivo central del comedor, por ejemplo, es el encuentro familiar alrededor de la comida; la razón de ser de la cocina es generar encuentros alrededor de la preparación de los alimentos; las recamaras dan razón de sí a través del descanso… todos los espacios tienen una razón de ser y son generadores de encuentros.


A diferencia de los ejemplos mencionados, existe un lugar muy importante en el hogar cuyo objetivo es el encuentro por el encuentro mismo: la sala.

En una sala la familia y los amigos, como objetivo inmediato, se reúnen por reunirse, sin necesitar una justificación más allá del gusto y el placer de convivir. Es el punto de encuentro que conlleva el deseo de compartir las noticias más trascendentes y felices y, en ocasiones, las más desafortunadas; es un espacio para recibir y compartir las mayores alegrías o los secretos más íntimos; es ahí, en la sala de un hogar, donde en muchas ocasiones se toman las decisiones más trascendentes de una vida y se generan las ideas más creativas, y donde ocurren los instantes más memorables.

La sala es, en definitiva, un espacio que ofrece una capacidad ilimitada de comunicación, capaz de generar tantos encuentros como personas se reúnan en ella.

Por las características tan peculiares, y la importancia que juega una sala en el hogar, es muy recomendable considerar las siguientes sugerencias:


Sacar el máximo partido al espacio

Lo primero, para verdaderamente disfrutar del lugar, es la distribución del mobiliario; la correcta colocación de los sofás en relación con la mesa de centro, y las mesas laterales y sillones, van a definir el entorno real de estar en este espacio. Es indispensable tener un concepto claro para lograr funcionalidad y armonía.

El orden y la limpieza son claves para poder disfrutar de la sala; a nadie le agrada una zona llena de triques y desordenada. Es importante que todos los complementos que se utilicen sean únicamente los necesarios y que estén colocados en lugares estratégicos en donde luzcan y ayuden a que, realmente, se generen encuentros memorables en estos espacios.

Considerar las dimensiones del sitio, las entradas de luz y las mejores vistas nos ayudarán a elegir la colocación adecuada del mobiliario y los objetos. Debemos aprovechar cada ángulo y cada rincón para sacarle el máximo provecho al lugar.

La elección del mobiliario
 
De las correctas decisiones para elegir los muebles para la sala dependerá el atractivo visual del espacio.

Se tiene que tomar en cuenta el entorno del lugar y los acabados con los que cuenta el espacio, además de considerar el número de personas que llegarán a usarlo. Considerando estos factores habrá que tener mucho cuidado con los materiales, los colores y las dimensiones que elijamos.

Las opciones que se ofrecen hoy en día son muy numerosas; existen en el mercado una gran variedad de muebles de muy diversos estilos, materiales, proporciones y costos. Para decidirnos por la mejor opción para nuestra casa, es aconsejable contar con la ayuda de un interiorista, que nos guíe y nos haga una propuesta con base a nuestros gustos, presupuesto y necesidades.


El entorno

La selección de la gama cromática que usaremos para nuestra sala es factor determinante para la personalidad del espacio. Elegir el tono de los muros, las tapicerías, los muebles, tapetes, los cuadro y demás elementos, es todo un reto, pues puntualizarán la percepción de nuestra sala.

Es importante que nos sentemos a pensar y a dialogar qué es lo que realmente queremos para este espacio, y de esta manera poder trazar un plan antes de empezar a adquirir mobiliario y colocarlo todo.

Hay que considerar si la sala-comedor comparten un mismo espacio, para definir si se integran en el proyecto o si se prefiere separarlos. Para cualquier alternativa es indispensable considerar este factor para el diseño.


La luz

Para lograr un buen diseño interior es predominante contar con una buena iluminación. Cada espacio necesita su propia luz.

Lo ideal es poder aprovechar lo más que se pueda la luz natural, y tener un plan para la luz artificial.

El ambiente cambia radicalmente con las distintas intensidades de luz que le demos al espacio.

Las lámparas, candiles y velas nos proporcionan diferentes atmósferas que podemos modificar según la ocasión.




Los complementos para la sala

Los accesorios y piezas que coloquemos en nuestra sala le van a dar la personalidad al espacio, además que imprime nuestro sello.

La colocación de los cuadros u objetos decorativos en las paredes es uno de los factores decisivos en la percepción del sitio; es primordial formar un concepto a la hora de la instalación.

Para decidir la altura ideal de un cuadro se debe considerar que la mirada de nuestros ojos quede al centro del cuadro; no hay que colocarlos muy altos puesto que se desproporciona el espacio. Cuando tenemos varios cuadros, agruparlos es la mejor opción.

Los tapetes son esenciales para poder dar un ambiente acogedor y enmarcar el lugar del encuentro. Es recomendable que los tapetes combinen con la gama de colores que estamos utilizando o que contrasten acertadamente.

Los objetos que se instalen en la mesa de centro, en las laterales o en otros sitios dentro de la sala, deberán estar distribuidos con un enfoque y con equilibrio; la opción de poner pocas piezas es tan valida como el utilizar abundantes, lo esencial es el orden y el concepto al ubicarlas.


Renovar la sala o darle nueva vida

Se escucha frecuentemente que los cambios son buenos: hay que renovarse. En los espacios de nuestra casa pasa igual; darle vida nueva a nuestra sala puede mejorar ampliamente nuestra existencia, por lo que considero que bien vale la pena renovarla cuando llega el momento adecuado.

Se puede hacer un cambio drástico y modificar absolutamente todo, e inclusive hacer una remodelación física del espacio; se pueden reemplazar el mobiliario y los accesorios, se puede modificar el color de las paredes, se puede variar la distribución de los objetos.

Realmente es posible hacer incontables cosas, muy sencillas, como retapizar los sofás o poner cojines decorativos en otros tonos, o más complejas como cambiar los acabados y materiales del lugar, pero en definitiva, renovar la sala y darle nueva vida es una excelente opción.

La decisión de intervenir el espacio depende de nuestras necesidades y deberá  considerarse siempre que sea para mejorar, para disfrutar y gozar en nuestra sala, para alcanzar encuentros de vida que sean momentos felices y memorables.

No es de extrañar que en inglés a la sala se le llame living room que, si lo traducimos literalmente, significa cuarto de vida. Así de trascendente es.

Muchas gracias y hasta la próxima.

Mariangel Coghlan.

El quehacer de un interiorista

El diseño de interiores es, antes que nada, una acción que algunos seres humanos realizan. Esta afirmación, que aparentemente es una simple obviedad, tiene importantes consecuencias a considerar.

Si el diseño de interiores o el interiorismo es una acción o actividad que un grupo específico de personas realiza, por tanto, están involucrados los siguientes cuatro componentes: las personas que diseñan, el medio o material a través del cual se diseña, el objeto o espacio diseñado, y el contexto en el cual se diseña.

Profundicemos un poco en estos componentes. El diseñador de interiores es un profesional, con estudios específicos, enfocado a ofrecer un servicio a la sociedad creando entornos confortables, acogedores y habitables.

Entendemos por medio o material a través del cual se diseña, primeramente, al espacio físico donde el diseñador plasma sus ideas. El medio físico podría ser un plano de Autocad, un trazo a mano o una maqueta. Pero finalmente, los conocimientos específicos del tema, la imaginación y creatividad son los principales medios de creación del diseñador de interiores.

El objeto o espacio diseñado se refiere a la concreción física de la planeación del diseñador de interiores o interiorista. Esto es, el objeto mismo del diseño: el cuarto ya realizado, la casa terminada por dentro o la oficina en funcionamiento.

Para terminar, no podemos concebir un diseño de interiores donde el contexto que rodea al interiorista, así como a las personas que habitarán el espacio diseñado, no sea fundamental para dirigir y determinar el espacio a proyectar. No podemos, de ninguna manera, desestimar todo el bagaje cultural, histórico o sociológico del diseñador, así como las necesidades de la personas que vivirán el espacio en estudio.

Esta visión del diseño de interiores donde se considera, primeramente, a las personas que diseñan y para las que se diseña, en contextos específicos de creación, señala un postura antropocéntrica del diseño que nos acerca a una idea de funcionalidad, pero en sentido del bienestar humano: una visión humanista del interiorismo.

¿Porqué es recomendable contratar a un interiorista?

Cuando sabemos con seguridad lo que no queremos o no nos gusta, pero no tenemos tan claro lo que sí queremos o nos gusta, contar con la ayuda de un profesional que nos oriente a armonizar todas nuestras  ideas es lo más inteligente que podemos hacer.

El proceso para diseñar bien un espacio es complejo, en el sentido de que implica coordinar muchas variables, entre las que destacan tres principales:

-   El espacio: para hacer la mejor propuesta de mobiliario, materiales, gama de colores y accesorios es necesario conocer bien las dimensiones y características del espacio a diseñar.

-      El contexto: es indispensable conocer y estudiar el contexto en donde se ubica dicho espacio, considerar la ubicación geográfica, el clima, la luz natural, la integración con el exterior, etc.

-      Disponibilidad de objetos: es primordial conocer las opciones que se ofrecen en el mercado de materiales, mobiliario y piezas para vestir el espacio. La descripción de cada producto y conocer bien sus características es indispensables para hacer una buena elección.

Al contar con un interiorista se tiene la ventaja de la experiencia de un especialista que, gracias a la práctica constante de hacer diseño, sabe lo que funciona y lo que no, además de tener la capacidad de imaginar y predecir el resultado de una idea nueva o diferente, guiando a los interesados a llegar a la mejor propuesta para las necesidades especificas del espacio a diseñar.

En ocasiones sucede que con el entusiasmo de vestir una casa o un departamento, se adquiere mobiliario o piezas que son agradables en el lugar  donde se les ve y se piensa que funcionarán pero, al colocarlas en el espacio que se tiene, resulta que no se ven bien, que no combinan o que no tienen las dimensiones adecuadas; están muy pequeñas o demasiado grandes o no combinan con los materiales y en algunos casos ni siquiera caben en el lugar.

Con la ayuda de un interiorista se puede tener la certeza de adquirir las piezas necesarias para cada espacio; se puede tener la tranquilidad de que el resultado será exitoso y de que el gasto valdrá la pena, pues el profesional siempre va a cuidar nuestros intereses guiándonos a invertir en lo que más nos conviene.


Tenemos que tener en cuenta que adquirir cosas caras, sin justificación alguna, es absurdo. Hacernos de piezas u objetes costosos tiene sentido si van a servirnos para crear un espacio armonioso y agradable. De manera inversa, en muchas ocasiones, un objeto o accesorio de bajo precio puede ofrecer propuestas muy interesantes para un espacio específico.


Un buen interiorista siempre busca crear espacios que sean agradables para las personas que los habitan, que al usar estos lugares, quienes los utilicen, se sientan bien y estén felices de estar en ese lugar. Todo el diseño debe de ir encaminado a realizar espacios funcionales y  atractivos para que sean vividos y usados.

Los interioristas tienen la responsabilidad de mantenerse al día en todos los temas relacionados a la profesión:

-      Conocer bien la gama de colores nuevos, con todas las tonalidades y matices de estos.
-       Mantenerse informados de los materiales de vanguardia y sus  distintas aplicaciones aplicaciones.
-      Conocer la tecnología y entender que la modernidad puede simplificar nuestra vida.
-      Tener un gran respeto a la naturaleza y al mundo en el que vivimos.
-      Saber de iluminación, de ahorro energético, de optimización de recursos y de consumo eficiente.
-      Comprender la herencia cultural y el significado de las pequeñas cosas que van cargadas con sentimientos.
-      Entender la necesidad del balance y el equilibrio en cada espacio.
-      Estar al tanto de las tendencias en diseño, tanto nacionales como internacionales.
-      Acertar en la comprensión de la transformación radical de los modos de vivir y convivir entre unos y otros.
-      Mantenerse en una búsqueda constante de la autenticidad.
-      Advertir lo que es importante y tiene significado para ti.
  

En conclusión trabajar de la mano de un interiorista puede hacer que todo el proceso de diseñar un espacio sea una experiencia placentera, agradable y llena de aprendizaje en la materia y de uno mismo.Que se disfrute el desarrollo y no se sufra en el transcurso, de esta manera el resultado puede sorprendernos.

 A partir de hoy estaremos cada quince días en este espacio para compartir ideas relacionadas con el maravilloso mundo del diseño y del interiorismo.
Es un gusto estar aquí.

Mariangel.